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A la gente le resulta llamativo. A todos les hace sentir curiosidad verme envuelto en humo cuando transito por las calles. Los niños me señalan y los padres miran con sorpresa.
Algunos se giran cuando estoy a sus espaldas. Parece gustarles el olor a tabaco de pipa, que es un olor atractivo para muchas personas, incluso las no fumadoras. Sin embargo, esto me impide entrar con él en la mayoría de los lugares públicos.
Lo peor de todo son las quemaduras. Algunas, de segundo y tercer grado. Y eso resulta doloroso, aunque digan que a todo acaba uno por acostumbrarse...
Pienso que cuando el grabador me hizo el tatuaje del viejo marinero en el hombro, al menos debió avisarme de que fumaba en pipa.
Javier: Me gusta tu blog.
ResponderEliminarNo hay problema en lo de la foto del "Hombre fumando en pipa" pero por favor, nombra al autor del cuadro que es Javier Lerma.
Un saludo
Joaquín Puch
Me di cuenta más tarde Joaquín, inmediatamente rectifico mi error. Muchas gracias.
ResponderEliminarUn saludo.
Javier López.